Nuestra aventura hasta Oviedo
Viernes 7 de agosto de 2020, medio día, comienzan nuestras vacaciones de verano. Con nuestro coche cargado con las bicicletas, las alforjas, el “trono” de la bici para Gala y toda la ilusión del mundo, salimos desde Jaén hasta Madrid.
Gala se portó genial todo el trayecto ya que fue salir y quedarse dormida en el coche (una práctica muy habitual en ella). A media tarde llegamos a la Sierra de Guadarrama, donde teníamos reserva para pasar la noche y continuar al día siguiente nuestro trayecto.
Nos alojamos en el Hotel Sierra Oriente, entre otras cosas porque no queríamos meternos en el centro de Madrid para dormir y porque vimos que había estancias tipo bungalow donde podíamos dejar las bicicletas sin problema. La verdad, nada que destacar referente al hotel, ni bueno ni malo, una noche tranquila donde pudimos descansar. Como curiosidad citaremos que nuestra conversación durante la cena fue un debate en el que dudábamos si el nombre de este establecimiento se debía a la zona de la sierra que se podía ver desde allí o a la simpática y atenta familia de chinos que regentaban el alojamiento.
Al día siguiente volvimos a cargar nuestras bicicletas y salimos rumbo a Oviedo, llegando a la hora de comer. Tras estacionar el coche llegamos al Aparthotel Campus, lugar donde pasaríamos dos noches. La estancia en este alojamiento fue genial, bien ubicado, muy amplio (pudimos dejar las bicicletas en la habitación sin problema), buena limpieza y personal muy atento.
Una tarde en Oviedo
Tras reponer fuerzas con el menú del día en la cafetería del aparthotel y viendo que la temperatura en la calle a las cuatro de la tarde era de lo más agradable (nada que ver con el infierno de la siesta andaluza), salimos a recorrer la ciudad.
Después de callejear un buen rato y pasar por sitios tan emblemáticos como la Plaza del Fontán, la Plaza Carbayón, el Teatro Campoamor y la gran cantidad de rincones y estatuas que hay en la ciudad, llegamos hasta el Campo de San Francisco, donde nos tumbamos un rato en el césped y pudimos descansar mientras Gala jugaba un poco.
Desde aquí nos dirigimos a la Plaza de la Catedral para que nos sellaran nuestras credenciales ya que al día siguiente Ricardo no podía ir al tener que llevar el coche a Santiago y el lunes saldríamos justo desde allí muy temprano y quizás no estaría abierta.
Tras un día intenso y tomar unos culines de sidra en el Bulevar la Gascona nos retiramos de nuevo al aparthotel para cenar una suculenta cena encargada al Goiko Grill (si, somos unos enganchados, lo sabemos).
Sin duda, Oviedo nos encantó, una ciudad con mucha vida y de lo más señorial.
Traslado del coche hasta Santiago
Al día siguiente, mientras Gala, Mada y nuestras bicis pasaban el día (que amaneció bastante gris) en Oviedo, Ricardo partió con el coche rumbo a Santiago para dejarlo en un parking. El camino desde Oviedo a Santiago fue de aproximadamente tres horas y media por lo que estaba allí para la hora de comer.
Elegimos el Parking Hórreo Cines Santiago de la empresa PARKIA porque tanto el precio como la ubicación nos gustó bastante ya que está justo en frente de la estación de tren, en una zona tranquila y no hay que entrar de lleno a Santiago.
Tras dejar el vehículo bien estacionado en el parking con algunas mochilas de ropa y demás cosillas para Gala que recuperaríamos cuando llegásemos a Santiago, Ricardo se dirigió a la estación de tren donde había concertado un BlaBlaCar que le llevaría de nuevo hasta Oviedo.
Tras un viaje fugaz hasta nuestro futuro destino (Ricardo no quiso ver nada de Santiago hasta no completar el camino), para la cena estábamos todos de nuevo reunidos en el aparthotel de Oviedo, listos para salir a primera hora del día siguiente pero no sin antes disfrutar de una buena cena mexicana que había encargado Mada.
Comienza nuestro Camino
A las siete sonó el despertador, el día amaneció nublado y con una temperatura fresquita, ideal para no pasar calor. Como lo habíamos dejado todo preparado la noche anterior solo tuvimos que recoger las últimas cosas personales de la habitación y preparar a Gala por lo que a las siete y media estábamos de camino al lugar de salida de nuestra aventura, la Plaza de la Catedral.
Sobre las 8:00 estábamos delante de la escultura de Alfonso II, justo delante de la Catedral de Oviedo, o si queréis que digamos su nombre completo, de la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de El Salvador de Oviedo. Como era temprano y no había nadie en la plaza aprovechamos para grabar algunas tomas con el drone, no sin dificultades, ya que algunas “gaviotas asesinas” se tiraron en picado hacia él. En esta ocasión estuvimos rápidos, pudimos bajarlo a tiempo y viendo el resultado la verdad que el riesgo mereció la pena.
Llegó el momento del comienzo de la aventura y como si estuviésemos en el Mago de Oz, comenzamos a seguir el "camino de conchas amarillas". En apenas veinte minutos, tras haber callejeado un rato y haber llegado hasta el barrio de La Florida, límite del Oviedo urbano, estábamos fuera de la ciudad rumbo a Grado.
No encontramos ninguna dificultad en encontrar el camino ya que todo estaba perfectamente señalizado. Si en alguna ocasión dudas, avanza o retrocede un poco, seguro que encuentras la flecha amarilla sin problema.
Tras un rato avanzando, el paisaje comenzó a teñirse de verde y empezaron a aparecer ermitas e iglesias donde nos paramos a tocar la campana y a sellar nuestras credenciales. Encontramos varios caballos y vacas en esta etapa, todo un anticipo de lo que nos esperaría a lo largo de todo el camino.
El recorrido se desarrolló con tramos de asfalto, de gravilla y de senderos entre bosques muy bonitos, incluso pasamos por el cauce del río viendo una bonita estampa en el viaje.
Por el camino hicimos varias paradas ya que nuestro objetivo era disfrutar, grabar y pasar rato en familia. Normalmente hay muchos sitios donde poder tomar algo para beber y comer pero si es cierto que con la situación de pandemia encontramos bastantes establecimientos cerrados. Aun así no tuvimos problema en parar a media mañana para tomarnos un “bocata reparador”.
Destacar que Gala se portó genial durante todo el camino, realmente es como su padre, una observadora nata y le encanta cotillear, por lo que siempre estuvo bastante entretenida.
Llegamos a Grado
Tras cruzar el cauce del Río Nalón por el Puente de Peñaflor, llegamos a la vega de Grado, y tras unas cuantas pedaladas más hasta nuestro alojamiento, el Albergue La Quintana.
El albergue estaba muy bien y mantenía todas las medidas de seguridad frente a la COVID-19. Para que os hagáis una idea, tras ducharnos había que avisar para que fuesen a desinfectar los baños. Se puede reservar con antelación sin problema y tiene opción de alojamiento más desayuno (bastante potente) que empiezan a servir a partir de las siete de la mañana.
En nuestro caso, nada más llegar, lo primero que hacíamos era pegarnos una ducha reparadora y lavar la ropa usada para que le diese tiempo a secarse. En esta ocasión lavamos la ropa a mano, con una pastilla de jabón casero que llevábamos, y la dejamos secar en los tendederos habilitados para ello en el albergue.
Como habíamos desayunado bastante fuerte y después habíamos tomado un buen tentempié (Gala evidentemente comió durante el camino respetando sus horarios) decidimos echarnos un rato la siesta y luego merendar ligero como preámbulo a la cena.
Ya descansados salimos a callejear por el centro del pueblo y visitar alguna de sus plazas. El paisaje y las edificaciones nos decía claramente que estábamos en el norte de España.
Tras el paseo nos fuimos a cenar al mismo albergue ya que era la opción más cómoda, tenían platos interesantes, apretaba el hambre y además amenazaba tormenta.
Y aquí terminó el día, una etapa algo intensa en algunas zonas ya que hubo bastantes tramos de piedras y la bicicleta resbalaba, aún más con el peso de las alforjas y la niña, no quedando más remedio que bajarse en algunos tramos (seguridad ante todo).
Consideraciones finales
En algunos sitios encontraréis que la primera etapa no termina en Grado sino en San Juan de Villapañada, es decir, un poco más adelante de Grado. El problema es que en San Juan de Villapañada solo encontraréis un albergue municipal pequeño en el que puede que os quedéis sin sitio (como por ejemplo le pasó a Mada en una ocasión anterior). Llegar a tu destino y que te digan que tienes que volver atrás o seguir andando cuando ya llevas 25 kilómetros a la espalda no es muy agradable por lo que os recomendamos que o bien reservéis con anterioridad o que busquéis destinos donde tengáis mayor oferta de hospedaje.
No olvidéis llevar algo de abrigo a mano con vosotros. En nuestro, caso estuvimos gran parte de la etapa poniéndonos y quitándonos el impermeable.
Y por último, si nos permitís un consejo, no os toméis el camino como una carrera ya que lo que más disfrutamos nosotros fue del camino en sí, sin prisas, parando a contemplar el paisaje, hablando con la gente que nos encontrábamos, tirando fotos, jugando con Gala... disfrutad la experiencia.
Gastos de la etapa
Conceptos Jaén - Madrid - Oviedo | Importe |
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Gasolina | 20 € |
Agua | 1,95 € |
Alojamiento de una noche. Hotel Sierra Oriente | 60 € |
Cena en alojamiento. 2 bocatas y dos refrescos | 11 € |
Peaje AP6 | 7,75 € |
Desayuno en gasolinera. 2 tostadas, un café y un batido | 6,55 € |
Gasolina | 45,87 € |
Peaje | 13,5 € |
TOTAL | 162,62 € |
Conceptos Oviedo - Grado | Importe |
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Alojamiento de dos noches. Aparthotel Campus | 152 € |
Almuerzo en cafetería del aparthotel. 2 menús del día | 19 € |
Compras varias en Mercadona para los siguientes días | 10,61 € |
Cena en alojamiento. Pedido a Goiko Grill | 19,13 € |
Desayuno en una cafetería de la zona. 2 tostadas, un café y un batido | 4,10 € |
Compras varias. Pinzas y bolsas de basura | 2,55 € |
Agua | 0,65 € |
Estacionamiento de 15 días en Parking Hórreo Cines Santiago | 75 € |
BlaBlaCar Santiago - Oviedo | 21,25 € |
Cena en alojamiento. Pedido a Mexicano | 28,01 € |
TOTAL | 332,30 € |