Cierra los ojos, e imagina que estás nadando por unos acantilados de paredes gigantes, aguas turquesas y una enorme cascada que desemboca en el mar. Sin duda, un espectáculo maravilloso. ¿Y si te digo que no hace falta que lo imagines, que puedes hacerlo de verdad y en Andalucía?. Bienvenidos a los Acantilados de Maro.
Acantilados de Maro
En la provincia de Málaga, concretamente en Nerja, se encuentra el Paraje Natural de los Acantilados de Maro - Cerro Gordo. Aquí, el mar se enfrenta a la Sierra de Tejada y Almijara mediante unos poderosos acantilados verticales de roca caliza de casi 100 metros de altura, donde una caída de agua de 15 metros desemboca en unas preciosas aguas turquesa.
Este torrente de agua surge desde la Cueva de Nerja y llega a este punto a través del Arroyo Sanguino o Arroyo Campillo. El caudal es muy irregular, pero suele ser mayor en primavera y tras fuertes lluvias. Gran parte del mismo se utiliza para el riego de los invernaderos de alrededor, por lo que os recomendamos que, si podéis, os informéis antes de ir ya que en verano algunas veces podéis la cascada seca, como nos pasó a nosotros en pleno mes de agosto.
Debajo de estos acantilados aparecen una serie de playas idílicas rodeadas de naturaleza, que invitan a relajarse y disfrutar del sol. En esta zona encontraremos a multitud de gente practicando esnórquel, paddle surf y kayak.
Cómo llegar y dónde aparcar
Llegar hasta Maro es muy sencillo, aun así, para facilitar más vuestra visita, os dejamos junto con el post, vídeo y nuestro mapa descargable, todos los puntos clave georeferenciados a continuación.
En nuestro caso, solemos veranear bastante en Salobreña, zona que conocemos bien y que solemos visitar bastante en verano. Desde allí, Maro nos pillaban muy cerquita, apenas media hora en coche, y decidimos ir un viernes por la mañana a pasar el día, ya que seguramente encontraríamos menos gente que durante el fin de semana.
Nota: nuestra visita la realizamos todavía con restricciones de pandemia, cuando el aforo de las playas era limitado y cerraban el acceso a algunas de ellas al llegar a ciertas cifras.
Así pues, tras cargar nuestro kayak y resto de cosas para pasar el día en el coche, desde Salobreña tomamos la N-340 en dirección a Almuñécar, donde conectamos con la autovía A-7 y por la que nos pusimos en ruta hasta la salida 929 de la Cueva de Nerja. Una vez llegamos a la primera rotonda tomamos la salida dirección Maro y continuamos hasta otra segunda rotonda donde de nuevo tomamos la salida hacia Maro, adentrándonos en el pueblo para cruzarlo todo recto hasta el Hotel Playa Maro, donde encontramos una tercera rotonda en la que tomamos la primera salida en dirección a la playa y llegando hasta el Aparcamiento Playa Maro.
El aparcamiento era gratuito y al aire libre pero estaba muy lejos de la zona de la playa y necesitábamos estar más cerca para no cargar con el kayak y las cosas desde arriba. A cinco metros del parking, en dirección a la playa, encontramos una valla con un vigilante que restringía el acceso y tras abonar 1€ de entrada pasamos y empezamos a descender por la carretera entre invernaderos, pudiendo ver ya a primera hora de la mañana bastantes coches aparcados a ambos lados de la carretera en el arcén.
Nota: en algunos sitios hemos leído que últimamente no dejan acceder a la playa más allá del parking y que existe un bus para bajar a la playa desde allí.
Llegamos hasta el último punto donde se puede transitar con el coche, encontrando una señal que limita el acceso y una barrera que corta el paso. Una vez ahí descargamos las cosas y Ricardo volvió en sentido contrario para aparcar el coche lo más cerca posible en esa zona, al igual que los demás coches que había ya estacionados a ambos lados del arcén
Una vez que teníamos las cosas descargadas y el coche bien aparcado, pasamos la barrera y encontramos dos maneras de bajar, unas escaleras y una rampa. Como íbamos con el kayak decidimos bajar por la rampa, pero si es cierto que el acceso por las escaleras era más sencillo. Y allí estábamos, en la bonita Playa de Maro dispuestos a pasar un día increíble.
Playa de Maro
La Playa de Maro cuenta con unos 500 metros de largo y 20 de ancho. Está formada por una mezcla de piedras y arena gruesa y bañada por aguas cristalinas y claras con una intensa vida marina que bien merece la pena explorar haciendo snorkel o buceo.
En nuestro caso, llevábamos todo lo necesario para pasar allí el día, pero si es cierto que, si no quieres complicarte mucho, la playa cuenta con facilidades de todo tipo, como chiringuito, alquiler de tumbonas, duchas, aseos y alquiler de kayaks y paddle sur.
La Playa de Maro es seguramente la mejor forma de acceder a la Cascada de Maro. Aunque es cierto que se puede ir nadando, no es una opción que recomendemos a no ser que tengas buen fondo físico y experiencia, ya que se trata de una distancia considerable.
La otra opción es mediante kayak o paddle surf, bien trayendo tu propio equipo como hicimos nosotros o alquilándolo allí en la misma playa. Para informarnos un poco, preguntamos los precios y el alquiler rondaba unos 8 € la hora, mientras que las rutas guiadas de dos horas estaban en torno a los 20 €, incluyendo ruta por los acantilados, la cascada y otros puntos famosos como son:
- Pasillo del Silencio, un lugar que siempre suele estar en silencio y donde se pueden apreciar al máximo los sonidos del mar y los acantilados.
- Caleta de Maro, una increíble playa, en un entorno fantástico y con una buena zona de esnórquel.
- Barranco de Maro, una bonita cala habitada por un grupo de hippies. Desde allí se puede acceder a la parte más alta del acantilado y conocer la Cascada de las Doncellas.
- Cueva del Lobo Marino, llamada así por la comunidad de focas monje que solía visitar ese lugar hasta los años 60.
Cascada de Maro
Tras pegarnos un chapuzón en la playa y dar una vuelta por allí, llegó la hora de prepararnos para visitar la Cascada de Maro. Nuestro kayak es hinchable y va perfectamente guardado en una mochila grande que te permite transportarlo de una manera más compacta que un kayak rígido. De este modo, sacamos el kayak de la mochila y lo inflamos con una pequeña bomba que funciona a batería y en unos 10 minutos lo teníamos preparado y listo para nuestra ruta.
Nuestra pequeña Gala se quedó con Laura, la hermana de Ricardo, custodiando las cosas en la playa y nosotros, acompañados de nuestras inseparables gafas de snorkel, tubo y aletas pusimos rumbo a la cascada. El camino era muy sencillo, solo había que salir en dirección hacia la derecha según mirábamos hacia el mar. A un ritmo tranquilo que nos permitía disfrutar del entorno y tras varias paradas para hacer esnórquel en las aguas turquesas que encontramos por la zona, llegamos a la cascada.
El sitio, con acantilados, vegetación, zonas de arena blanca, aguas azules y una cascada cayendo al mar, sin duda, era todo un regalo para los sentidos. Como la caída del agua no era excesivamente brusca, no dudamos en pasar por debajo de ella, siendo toda una experiencia y una de las partes más emocionantes de la travesía.
También aprovechamos para bajarnos del kayak, hacer esnórquel entre las rocas (siendo algo muy recomendado) y por supuesto hacernos las respectivas fotos de rigor.
Cuando ya apretaba el hambre decidimos volver tranquilamente para reencontrarnos con nuestra niña y, como somos unos derrochadores low-cost de la vida (nos encantan estos momentos de playa), con nuestro queridísimo bocadillo, patatillas y algún que otro refrigerio para terminar de pasar un día espectacular en Maro.
Recomendaciones y consideraciones finales
Sería una pena que una vez que lleguéis os encontréis mal tiempo o la casaca seca. Os recomendamos que antes de ir consultéis el estado del agua, evitando corrientes y oleaje. Además, podéis llamar por ejemplo a alguna agencia que organiza los tours para informaros si baja agua por la cascada en vista a realizar una posible actividad.
En verano, especialmente los fines de semana, hay bastante aglomeración de gente. Intentad evitar esos días o si no podéis madrugad para llegar temprano. En una ocasión el vigilante de la valla de la entrada no nos dejó pasar con el coche porque nos dijo que estaba lleno y tuvimos que bajar desde el parking andando hasta la playa. Es un camino bastante largo, sin sombra, y en verano con las altas temperaturas se hace bastante pesado.
Si os gusta el mundo marino como a nosotros, llevad vuestro equipo de snorkel ya que hay mucha zona de roca y mucha fauna marina que merece la pena ver.
Como siempre os decimos, por favor, respetad el medio ambiente y seguid las reglas establecidas para su conservación, más aún si cabe cuando la Cascada de Maro se encuentra situada en un entorno natural protegido.