Ruinas de Santa María y Río Cerezuelo Ruinas de Santa María y Río Cerezuelo
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Ruinas de Santa María y Río Cerezuelo

Cazorla

  • Cazorla
  • Dificultad baja
  • Ruta familiar
  • Llevar calzado cómodo
  • 2 horas aprox.
Volvemos una vez más a Cazorla, a una hora aproximadamente en vehículo desde la capital jiennense. En esta ocasión realizaremos una ruta bastante sencilla y para todos los públicos, apta para ir con niños y pudiendo realizarse a través de 6 km de manera circular.
Partiremos desde las Ruinas de Santa María, en pleno corazón del pueblo, no siendo sencillo aparcar en esta zona, por lo que os dejamos geolocalizados en el mapa dos puntos para poder estacionar vuestro vehículo de manera sencilla. Una primera opción es el Parking Público Cazorla, gratuito y al aire libre, desde el que tendremos unos diez minutos andando hasta las ruinas. La segunda opción, más cercana (prácticamente al lado de las ruinas), pero en la que es algo más difícil encontrar aparcamiento, es la calle Camino de San Isicio, donde a lo largo de la misma puede que encontremos alguna plaza libre para dejar nuestro coche.
En nuestro caso, estacionamos nuestro vehículo correctamente en esta segunda opción y desde allí con todo el equipo nos fuimos hasta las Ruinas de Santa María donde comenzamos la ruta.

Ruinas de Santa María

Llegamos a nuestro punto de partida, quizás uno de los edificios más emblemáticos de Cazorla, las ruinas de la Iglesia de Santa María de Gracia. Aunque no se conoce exactamente la fecha de su construcción, y que es muy probable que el templo no se llegase a construir completamente, parece casi seguro que la ejecución se llevó a cabo en el siglo XVI. Su marcado estilo renacentista y la aparición de elementos muy similares en otros templos cercanos de la provincia hacen que la autoría se atribuya al entorno de Andrés de Vandelvira, conocido arquitecto jiennense.
Ruinas de Santa María
Ruinas de Santa María
La construcción, de planta de salón compuesto por tres naves, se realizó sobre el cauce del río Cerezuelo por lo que se necesitó abovedar parte del mismo. Sobre dicha bóveda se asentaron tanto iglesia como plaza, cruzando el río las entrañas de este conjunto histórico de sur a norte, entrando por la fachada del altar mayor y siguiendo su curso a través de la plaza en dirección hacia la campiña de Cazorla.
En abril de 1694 una fuerte tormenta provocó una riada que inundó el templo y destruyó todo cuanto había a su paso. Este hecho, junto con los bombardeos e incendios provocados en la Guerra de la Independencia a manos francesas llevaron a la ruina total del edificio. Entre los años 2009 y 2010 se llevaron a cabo varios trabajos de restauración (fijación, limpieza e iluminación) que permiten poder contemplar esta joya arquitectónica tal y como podemos verla hoy.
Una vez que terminamos de visitar la plaza y las ruinas como tal subimos a la torre, desde donde existen una vistas preciosas de Cazorla y del Castillo de la Yedra. El acceso a la plaza, ruinas y torre es gratuito. Existe una visita guiada que se realiza cada media hora y en la que por un precio de 2€ nos muestran la parte subterránea, donde podemos contemplar la bóveda.

Río Cerezuelo

Desde tiempos remotos, el río Cerezuelo ha sido el eje central del discurrir de la vida de los habitantes de Cazorla. Han sido muchos los usos de este río, desde regar las huertas hasta mover molinos de harina, e incluso fue un importante productor de energía eléctrica. Sin duda, es uno de los rincones más bellos de la zona, ofreciendo un paisaje natural espectacular y por tanto una de las mejores rutas para los amantes del turismo rural.
Una vez visitadas las ruinas, saliendo, justo a la izquierda, en la calle de la hoz, encontramos un mesón donde pudimos ver un cartel con una flecha roja que indicaba la ruta. Tomamos esa dirección para comenzar nuestra aventura.
En cuanto empezamos a andar un poco el río y la naturaleza aparecieron rápidamente. Encontramos varios carteles señalando la ruta por lo que la orientación no supuso ningún problema a lo largo de todo el recorrido.
Al estar realizando el recorrido en época de lluvias, las fuentes, cascadas y el río estaban a tope de agua. Esto, sumado a los preciosos puentes de madera que hay a lo largo del recorrido para cruzar de un lado a otro del río y que toda la parte alta de la sierra estaba envuelta por un manto blanco de nieve, hacían del entorno algo comparable a un cuento de hadas.
Puente de madera sobre el Río Cerezuelo
Puente de madera sobre el Río Cerezuelo
Como hemos comentado al inicio esta ruta se puede hacer de manera circular en diversas variantes. Nosotros optamos por tomar la dirección hacia la Cascada de la Malena, por lo que una vez visto el cartel a la altura de la Casa Rural Nacelrío nos tocaba desviarnos hacia la derecha para realizar un tramo de subida interesante. Otras opciones podrían haber sido girar a la izquierda hacia la Ermita de San Sebastián volviendo a Cazorla o continuar por el camino de la Senda del Gilillo.
Árbol caído
Árbol caído
Alguna de las cascadas
Alguna de las cascadas
Tras un rato de subida llegamos a una intersección de dos caminos. Uno subía hacia arriba con algo más de pendiente y otro se desviaba a la derecha siendo un poquito más llano. Tomamos esa segunda opción y continuamos.
Pasado ese cruce llegamos a otra bifurcación en la que encontramos un camino que bajaba y otro que seguía recto. Tomamos el sendero que seguía recto donde encontramos un cartel que confirmaba que íbamos en dirección hacia la Cascada de la Malena.

Cascada de la Malena

Tras andar un rato, encontramos una cueva donde había unos corrales de ganado abandonados y un gran agujero que tenía pinta de ser un antiguo nevero o una caleta. Como era la hora de comer e íbamos con la niña decidimos hacer una parada para almorzar.
Vista aérea de cueva, nevero y cascada
Vista aérea de cueva, nevero y cascada
Tras reponer fuerzas y visitar unas piedras apiladas bastante fotogénicas decidimos retomar el camino y a escasos cien metros encontramos la imagen majestuosa de la Cascada de la Malena. Decidimos bajar por un estrecho sendero hacia la base de la cascada.
Piedras apiladas
Piedras apiladas
En esta ocasión, debido a las bajas temperaturas y las nevadas, la cascada estaba congelada, lo cual nos resultó espectacular a la vez que curioso ya que nunca habíamos visto una en este estado. El frío en esa zona era tremendo ya que estaba todo en zona sombría. Tras varias fotos y tomas de cámara cruzamos el arroyo de la cascada por unas piedras y continuamos por las faldas del Cerro de Salvatierra.
Cruzando el arroyo de la cascada
Cruzando el arroyo de la cascada
Siguiendo por este camino encontramos el desvío que lleva hasta el Castillo de las Cinco Esquinas, el cual decidimos dejar para otra ocasión, y continuamos hasta estar justo encima del pueblo de Cazorla, donde pudimos disfrutar de una fantástica panorámica del entorno y sobre todo de las cumbres del parque natural nevadas al fondo.
Manto de nieve que cubría las cumbres del parque
Manto de nieve que cubría las cumbres del parque
Vistas de Cazorla desde arriba
Vistas de Cazorla desde arriba
Aquí encontramos otro desvío a través del cual bajamos hasta el Castillo de la Yedra.

Castillo de la Yedra

Tras una bajada algo más complicada que el resto del sendero anterior, aunque nada que con un poco de paciencia y cuidado no se pudiese salvar, llegamos al último punto de la ruta, el Castillo de la Yedra.
Bajada hasta el Castillo de la Yedra
Bajada hasta el Castillo de la Yedra
Este monumento es un antiguo enclave de origen defensivo. Sus orígenes podrían ser musulmanes, posiblemente del siglo XII en la época almohade, aunque fue finalizado tal y como lo podemos encontrar hoy en día por los cristianos, lo que explica que en una buena parte de sus estancias interiores predomine el estilo gótico.
Castillo de la Yedra
Castillo de la Yedra
Consta de dos partes muy diferenciadas, la Sección Histórica, ubicada en la Torre del Homenaje y la Sección de Artes y Costumbres que se encuentra en una edificación anexa. Lamentablemente a nuestra llegada estaba cerrado por la pandemia y solo pudimos contemplarlo desde el exterior, así que tendremos que volver en otra ocasión para visitarlo.
Desde aquí, tomamos el camino de vuelta al pueblo, llegando de nuevo a las Ruinas de Santa María y finalizando una ruta que realmente nos encantó.

Recomendaciones y consideraciones finales

Este río lleva agua en todas las épocas del año pero si es cierto que en época de lluvias podremos encontrarlo en todo su esplendor al igual que sus fuentes y cascadas. Si por el contrario preferís visitarlo en época estival no encontraréis tanta agua pero sí podréis refrescaros en él.
A lo largo de la ruta no encontraremos sitios para comer por lo que recomendamos llevar algo para almorzar y poder hacer la ruta sin prisas ni preocupaciones.
Es una ruta sencilla pero aun así recomendamos llevar un calzado adecuado proprio de trekking para evitar problemas.
Es un entorno precioso, por favor, cuídalo y mantenlo limpio para que todos podamos disfrutarlo.