Nos dirigimos de nuevo al Parque Natural de Despeñaperros, a poco menos de una hora desde la capital jiennense.
Debido a algunos desniveles existentes al inicio, calificamos la ruta de dificultad media/alta, la cual realizaremos de manera circular en una distancia de unos 5 kilómetros y en un tiempo aproximado de unas dos horas y media.
Recomendamos llevar calzado adecuado y evitar realizarla en días que haga excesivo calor.
Volvemos a Despeñaperros
Una vez más volvemos al Parque Natural de Despeñaperros. En esta ocasión hemos quedado en Santa Elena con uno de sus vecinos, nuestro amigo Gonzalo, el cual conoce perfectamente toda la zona por lo que no podemos ir mejor acompañados. Además, también nos acompañaron nuestros amigos Cristina y Jorge que ya conoceréis de otros videos como el de la Catedral o el de los Baños Árabes.
Desde Santa Elena continuamos con nuestro vehículo por la antigua carretera Nacional IV y en tan solo diez minutos llegamos hasta la explanada donde pudimos dejarlo estacionado, sitio que sería el punto de partida de nuestra ruta. Os dejamos este lugar georeferenciado en el mapa.
En la citada explanada existe una antigua fuente que no hace mucho que ha sido restaurada. También encontramos una valla en la que existe una puerta de acceso, lugar por donde comenzamos nuestro camino. Este tipo de vallas se utilizan para que los animales no salgan a la carretera por lo que es importante que dejéis la puerta cerrada cuando hayáis pasado. Una vez surcada la puerta encontraremos dos senderos, uno por la parte izquierda y otro por la parte derecha. Al ser una ruta circular decidimos coger el sendero por la parte izquierda, donde la subida se afronta en modo de rampa y evitamos los escalones.
Barranco de la Niebla
Si hay algo que nos llama la atención en el inicio del sendero del Barranco de la Niebla es la vegetación, impropia de un paraje como este. Esto es consecuencia de un antiguo proyecto de ajardinamiento que se aplicó al parque natural en los años 50 en el que se introdujeron especies exóticas como cedros y cipreses que proporcionan el contraste actual.
En la ascensión del sendero estuvimos acompañados por unas vistas preciosas de la zona y pudimos observar el campo donde tuvo lugar la Batalla de las Navas de Tolosa. A la izquierda de esta planicie (de ahí el nombre ya que una nava es una planicie) pudimos distinguir la zona donde se asentaba el campamento musulmán, lugar donde hoy se encuentra la actual Santa Elena. A la derecha del campo de batalla divisamos la denominada Mesa del Rey, que es el lugar donde estaba ubicado el campamento cristiano. En este lugar, el 16 de julio de 1212 tuvo lugar el cruento choque que concluyó con la toma del castillo de Vilches y otros anexos a la zona por los cristianos.
A lo largo de la subida nos sorprendió mucho ver una gran cantidad de piñas totalmente peladas en el suelo. Gonzalo nos contó que era debido a la gran cantidad de ardillas existentes en la zona y que se están reproduciendo actualmente. Una vez finalizado el ascenso llegamos a una pista forestal y el ambiente cambió por completo ya que abandonamos el fresco bosque por el característico paisaje de la sierra.
Unos metros más adelante, ya con las piernas algo más relajadas, llegamos al sendero del Barranco de Valdeazores, encontrando una bifurcación en la que se puede girar a la izquierda para llegar al Castillo de Castro Ferral o bien a la derecha, camino que elegimos para llegar hasta el Refugio Collado de la Aviación para más tarde continuar hasta el mirador del Monumento Natural de los Órganos.
Refugio Collado de la Aviación
Siguiendo el sendero de la derecha en pocos minutos llegamos hasta el Refugio de Collado de la Aviación. Este debe su nombre a la vigilancia aérea que se realizaba en esta ubicación durante la Guerra Civil Española. Desde un enclave privilegiado sirvió como puesto de vigilancia para el bando republicano, avistando desde aquí los bombarderos enemigos que dejaban caer su mortífera carga en las poblaciones andaluzas.
Tras la finalización de la guerra el puesto de vigilancia quedó abandonado aunque todavía podemos encontrar parte de sus ruinas en la zona. Años más adelante fue construido el refugio actual, el cual es una pequeña caseta de piedra con una chimenea y un par de bancos que también se pueden utilizar como camastros por los pastores o senderistas que pasan la noche.
Como curiosidad mencionaremos que en las ruinas de lo que queda del puesto de vigilancia encontramos una estación para medir la velocidad del viento con una veleta y un anemómetro alimentado por energía solar.
Terminada nuestra visita al refugio y alrededores continuamos andando unos diez minutos hasta llegar a nuestro siguiente destino, el mirador del Monumento Natural de los Órganos.
Monumento Natural de los Órganos
El Monumento Natural de los Órganos, lejos de tener algo que ver con algo relacionado con el cuerpo humano, debe su nombre al gran número de columnas verticales de cuarcitas que a simple vista parecen los tubos de un gran órgano. Se conoce que hace unos 500 millones de años esta zona estuvo bajo el mar. Una vez retiradas las aguas, y debido al desgaste de estas rocas por medio de la erosión del agua y el viento a lo largo del tiempo, se dio origen a este interesante fenómeno natural, tanto a nivel geológico como morfológico.
En 2001, por decreto de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía fue declarado Monumento Natural para proteger su valor a través de las cerca de sus 85 hectáreas.
A día de hoy, a través de este mirador podemos disfrutar de unas vistas increíbles, tanto del monumento en sí como de todo el parque y la cantidad de buitres que habitan en la zona. Sin duda un lugar precioso.
El sendero de vuelta
Tras la parada en el mirador, tomamos el sendero que encontramos saliendo a su izquierda y que convertía nuestra ruta en circular, pudiendo volver al sitio desde donde partimos. Desde este punto el camino fue todo en sentido descendente por lo que lo realizamos sin problemas y prácticamente sin esfuerzo, disfrutando de la vegetación y de unas vistas increíbles.
Siempre estuvimos bien acompañados por cabras montesas que encontramos por la zona además de una enorme cantidad de buitres leonados que nos sobrevolaron en todo momento. Había veces que estos últimos pasaban muy cerca y la verdad que impresiona mucho ver un animal tan grande volando tan cerca.
Pinturas rupestres
Es cierto que en esta zona hay bastantes pinturas rupestres, entre las cuales algunas están más visibles y otras hay que buscar bastante para poder encontrarlas. Nosotros las estuvimos visitando ya que tenemos un proyecto en mente que saldrá en un futuro para mostrarlas. En cualquier caso, para protegerlas del expolio y deterioro, no revelaremos en ningún momento su ubicación.
Si estáis interesados en visitarlas os recomendamos que habléis con alguien que conozca bien la zona, el cual seguro que entiende el valor que tienen y probablemente os pueda llevar a visitarlas respetando en todo momento el entorno y haciendo una visita responsable sobre las mismas.
Recomendaciones y consideraciones finales
Es una ruta que no recomendamos hacer en días calurosos. Llevad calzado adecuado y agua ya que no hay zonas donde podamos beber.
Como hemos dicho inicialmente, la ruta es circular por lo que podemos afrontarla en el sentido que mejor nos parezca. Nosotros la hicimos partiendo por el lado izquierdo ya que preferimos subir cuesta antes que subir escalones.
Por favor, respeta en todo momento el entorno y la vida que habita en él.