Esta aventura está centrada en la Sierra de Andújar, concretamente en su Parque Natural, llegando hasta el Poblado de la Lancha, a algo más de hora y media desde la capital jiennense.
La ruta es muy sencilla ya que casi todo el trayecto lo realizamos en vehículo. La carretera era buena en general aunque sí es cierto que tuvimos que serpentear por algún que otro carril donde había ciertos baches.
Es importante ir equipados con comida y sobre todo agua ya que una vez que nos internamos en el carril que da acceso al poblado no encontramos ningún restaurante o tienda donde poder comprar.
Recomendamos llevar prismáticos ya que en el parque hay varios miradores desde donde poder observar la gran cantidad de fauna que habita en él.
A continuación os dejamos la geolocalización del poblado, concretamente la zona donde podréis estacionar vuestro vehículo sin problemas. También geolocalizamos El Salto del Jándula para que tengáis también clara la situación del mismo. Además, como siempre, en el mapa de nuestra ruta podréis encontrar todos los puntos citados en esta entrada.
Parque Natural de la Sierra de Andújar
Sábado por la mañana, tomamos nuestro auto y salimos dirección a Andújar, al noroeste de la provincia de Jaén, en plena Sierra Morena. El Parque Natural de la Sierra de Andújar tiene una superficie de casi 75000 hectáreas y abarca cuatro términos municipales: Andújar, Baños de la Encina, Marmolejo y Villanueva de la Reina.
Camino a nuestro destino pudimos divisar varias veces “El Cerro”. Este parque es muy conocido por albergar el Santuario de la Virgen de la Cabeza situado en El Cerro del Cabezo cuya romería, celebrada en abril, congrega a decenas de miles de personas procedentes de todos los lugares de España.
La Sierra de Andújar posee uno de los mayores bosques mediterráneos de la península, dominado por encinas y alcornoques en las altitudes de su dehesa. La ganadería es muy importante es esta zona y pudimos comprobarlo viendo la gran cantidad de toros de lidia (los cuales son criados aquí) que encontramos pastando y bebiendo en sus característicos bebederos. No tuvimos tanta suerte sin embargo a la hora de avistar especies altamente amenazadas y que abundan en este parque como son el lince, el águila imperial o el lobo.
Destacar que la sierra acoge también a muchos jabalíes, ciervos, gamos, corzos y muflones. Al realizar la visita en plena época de berrea (la cual ya pudimos escuchar en la actividad que realizamos en el Parque Natural de Despeñaperros) el sonido de los ciervos nos acompañó prácticamente todo el camino y además en varias ocasiones nos encontramos con varios de ellos que se acercaban a la carretera.
El parque también destaca por su patrimonio arqueológico y etnográfico, encontrando pinturas rupestres que datan de finales del tercer milenio a.C., yacimientos prehistóricos como es el caso del Poblado de Peñalosa junto al Embalse del Rumblar o asentamientos íberos como El Centenillo.
Poblado de La Lancha
A medio día llegamos a nuestro objetivo, el poblado de La Lancha. Este asentamiento se levantó hacia 1927 para construir la presa que hay junto a él, cuyas obras finalizaron en el año 1931. Lo que comenzó siendo un campamento se convirtió poco a poco en un núcleo autónomo de unos 3000 habitantes ya que debido a la magnitud de las obras unos 1000 trabajadores se establecieron allí acompañados de sus familias.
La Lancha llegó a tener alcantarillado, agua potable, luz y teléfono. Además estaba dotado de otros edificios como puesto de la Guardia Civil, un pequeño hospital y cuadras para albergar materiales y a los animales usados para el arrastre de los mismos.
La vida de este pueblo transcurría en torno al economato y a la iglesia, la cual también hacía las veces de escuela, aunque también había lugares de ocio como la cantina y el teatro.
Tras la finalización de la obra, los obreros poco a poco se fueron marchando del poblado y debido al abandono se fue deteriorando hasta que prácticamente se convirtió en un “poblado fantasma”. A día de hoy, a excepción del templo y alguna vivienda casi no queda nada de esta aldea.
En nuestra visita nos llamó la atención un vehículo estacionado que se encontraba en buen estado. Tras publicar el vídeo en nuestro canal de YouTube un seguidor se puso en contacto con nosotros y nos comentó que aún queda gente viviendo en la zona. Nos indicaba que él es actualmente propietario de una de las viviendas que hay allí. Siempre promovemos el cuidado de los sitios que visitamos y de igual manera que si estuviese abandonado os lo pediríamos, por favor, respetad el poblado, sus instalaciones y a las personas que viven allí.
Embalse y Salto del Jándula
Tras la visita al poblado, disfrutamos allí mismo un pequeño “pícnic” que habíamos preparado y tomamos de nuevo nuestro vehículo para bajar hasta la zona del embalse. Como ya hemos comentado antes, esta gran obra de ingeniería fue construida entre 1927 y 1931 sobre el cauce del río Jándula con el objetivo de almacenar caudal ecológico de agua, producir electricidad y fomentar la pesca.
Actualmente pertenece a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. El embalse tiene una superficie de 1230 has. así como una capacidad de 322 hm3. Por otro lado, la presa consta de 83,5 m de altura sobre el cauce del río y una longitud de 240 m.
Dimos un paseo, atravesamos el túnel y tomamos algunas fotos y videos. Llegó el momento de sacar el drone pero… misteriosamente el mando se había quedado sin batería así que no pudimos tomar ninguna vista aérea. Seguro que algún día volveremos para hacerlo e intentaremos hacerlo coincidir con algún momento en el que estén soltando agua por el aliviadero para que sea más espectacular.
Vuelta a casa
Llegaba el momento de volver a casa pero no sin antes pararnos en algunos de los miradores que hay a lo largo de la sierra. El día era magnífico y las vistas dignas de contemplar.
Al ser época de berrea vimos gran cantidad de gente a lo largo de los miradores intentando capturar con cámaras de fotos y teleobjetivos este acto. Además tuvimos la suerte de encontrarnos con una puesta de sol de esas que enamoran y no pudimos resistirnos a realizar diversas paradas en sitios que íbamos encontrando, por supuesto, siempre acompañados del canto del ciervo de fondo.
Recomendaciones y consideraciones finales
Es una ruta muy sencilla de realizar ya que prácticamente todo el trayecto se realiza en coche.
Es importante ir equipados con comida y sobre todo agua ya que una vez que nos internamos en el carril que da acceso al poblado no encontramos ningún restaurante o tienda donde poder comprar.
Aunque el poblado de La Lancha se encuentra prácticamente abandonado, os pedimos que el paseo por la zona lo realicéis respetando el entorno y mobiliario. Todavía podemos encontrar lugareños que viven actualmente allí y que luchan por preservar la historia de este sitio.